lunes, 25 de abril de 2016

Opinión: Pensar en Venezuela, es lo primordial


Geógrafo: Joselino Serrano 
El desafiante marco situacional de crisis que atraviesa nuestra gran y querida Venezuela, conduce a visualizar de manera inmediata una fórmula que produzca un alivio a las angustias, que ya es difícil de esconder por miles y miles de venezolanos en la adquisición de los productos de primera necesidad y los altos índices de inseguridad. No se trata, ni se debe permitir la operacionalización de formas fascistas que pongan en riesgo la vida de los ciudadanos,  ejecutando terror mediático o paramilitarismo.
La salida,  a esta  situación es la de adoptar una posición gerencial en lo político, económico y en el tema de seguridad,  en comunión con actores de espíritu nacionalista comprometido con su gentilicio y dispuesto a dar en herencia a sus hijos y nietos una patria segura, de progreso y porvenir. Se tiene que producir un  dialogo sincero, con corazón venezolano que definan compromisos entre las partes, y que dichos compromisos sean capaces de generar indicadores auditables en las diferentes escalas que se decida en las áreas que requieren especial atención.
La evaluación, el seguimiento y control que defina la auditoría debe estar sometido al manejo público, comprometiendo a los sectores en las metas y proporcionándole toda la demanda que estos requieran para su consecución. Se debe ver como una situación de emergencia nacional de responsabilidades compartidas y donde cada actor debe dar repuesta, de acuerdo a sus responsabilidades de ley  ante la ciudadanía. Evitar a toda costa una situación no deseada de orden interno es de patriota, conocemos de estas situaciones y sus resultados. Fuimos capaces, y con la verdad por delante de criticar viejos acontecimientos de muerte, desorden y saqueos, escuchamos en muchas oportunidades al presidente Chávez que esas situaciones no volverían a suceder en nuestra nación. En memoria a sus aseveraciones, no podemos permitir en estos tiempo de revolución una tasa de retorno de escenarios de mortandad, desolación y desesperanza; en donde dejemos de vernos entre iguales, fracturando un derecho tan sagrado, como el de vivir.
Mientras pase el tiempo y no hagamos nada, la cosa va hacer peor, llego el momento de llamar las cosas por su nombre y como son, que cada quien marque su accionar en el marco de sus responsabilidades y delegaciones de funciones, erradicar la corrupción, impunidad y duplicidad funcional de actores de gobierno ayudaría a minimizar este desorden que vemos a diario en los establecimiento, calles y avenidas de Venezuela. No es posible que con tantos asesores, equipos de expertos y profesionales con altos estudios no exista una propuesta de ataque y contraataque a esta crisis, que no es sensacionalista es real y sirve de medio para que grupo cargado de odio planifiquen actividades fuera de la ley que ponen en riesgo la paz ciudadana, se sigue generando un debate público que se está desgastando entre el gobierno y la oposición, sin llegar a puerto seguro. Que se espera para reaccionar, son innumerables las expectativas que el pueblo mantienen de sus gobernantes y no se puede caer en la distracción, son muchos los empresarios honestos de este país al igual que mucho funcionarios que en su trabajo son fieles practicantes de las buenas costumbre, fieles practicantes de los valores morales y éticos; pues ellos son los que necesitan, ya que tienen una visualización gerencial clara, sin trampa y sin sentido de la oportunidad para el defalco. Acudamos a este sector que estoy convencido que son representativo e iniciemos una nueva cultura en lo político donde reine, el hacer bien por sobre toda las cosas invocando la Venezuela potencia que queremos.