España es el país de Europa con más adicción adolescente a la red. En este marco, el psicólogo español Marc Masip nos habla de los mayores problemas del uso abusivo de los teléfonos móviles, los retos y las posibles soluciones.
En primer lugar, Masip reflexiona
sobre lo que significa estar conectados, una expresión que en principio
"tiene un aire positivo". Así, afirma que no es lo mismo estar
conectados a la familia, a los amigos, a la vida, que a una pantalla "que
realmente nos desconecta de esa vida".
El entrevistado sostiene que sobre
todo los adolescentes, pero también muchos adultos, en muchos momentos del día,
y por lo tanto de su vida, "desconectan de su entorno real por estar
mirando una pantalla": "Si estamos conectados a la vida es algo muy
positivo, pero si estamos permanentemente conectados a una pantalla,
permanentemente estamos desconectados de esta vida", resume.
Lo mejor y lo peor
Este psicólogo opina que el teléfono
móvil es susceptible tanto de un buen uso como de un mal uso: "Es lo mejor
a nivel social, una herramienta fantástica y estupenda, que bien utilizada es
fenomenal e incluso fundamental. Pero mal utilizada puede ser desde mortal a
fatal".
En este último sentido, señala casos
extremos como los difundidos por la prensa en los que intentar hacerse un
selfie en un lugar peligroso ha acabado con la muerte de su protagonista, o a
los accidentes de tráfico que suceden como consecuencia de la distracción al
volante por mirar el dispositivo.
"El teléfono móvil es lo mejor a nivel social, una herramienta
fantástica y estupenda, que bien utilizada es fenomenal e incluso fundamental.
Pero mal utilizada puede ser desde mortal a fatal"
Masip considera que esos son los
casos más extremos, pero que no hay que olvidar que "lo peor de las
adicciones no es que maten, por lo menos a corto plazo, es todo lo que
envuelve". Y apunta a casos de adolescentes, en los que la familia lo pasa
muy mal, o de parejas, en las que una parte también lo puede pasar muy mal.
"El hecho de necesitar algo siempre es malo y el hecho de sustituir
actividades por estar haciendo otra cosa, nos restringe", dice.
"El móvil es la heroína del siglo XXI", afirma contundentemente el psicólogo, que cree que el uso
abusivo de los móviles "es una droga en el sentido de la adicción",
además de reseñar que todavía no se conocen las consecuencias reales del mal
uso, aunque se comienzan a vislumbrar.
El teléfono móvil está aceptado
socialmente, su llegada fue muy rápida y "no estábamos preparados para que
llegara un elemento tan potente, porque no habíamos sido formados para
utilizarlo", dice el psicólogo.
Apuesta por el control
Masip apuesta por la implementación
inmediata de leyes y de formación que rijan el correcto uso del móvil, para
evitar estragos terribles en la sociedad futura, porque en la actualidad ya
está viendo que causa problemas tanto a nivel físico como mental.
"Las redes sociales buscan engañar al usuario: cuanto más tiempo
pase en ellas, más se benefician sus creadores"
La solución que propone es
"crear unas leyes estatales que rijan el buen uso del teléfono": "No hablamos de eliminarlo, pero sí de
prohibirlo en las escuelas, por los menos hasta los 16 años", afirma.
Esa legislación, en su opinión, también debería contemplar a qué edad se puede
comprar un móvil inteligente o con conexión a los menores, por ejemplo.
A la vez, cree conveniente que se
ofrezca "muchísima formación a profesionales de la educación, de la salud
mental, y a las familias", para que se aprenda a educar en el buen uso a
los menores.
Diseñados para ser adictivos
Este psicólogo defiende que las
aplicaciones, videojuegos y otras herramientas de los teléfonos móviles
"están diseñadas para ser adictivas". "Las redes sociales buscan
engañar al usuario: cuanto más tiempo pase en ellas, más se benefician sus
creadores", dice el entrevistado, y lo apuntala señalando que el usuario
muchísimas veces es consciente, "pero como buen adicto, quiere salir de
ello pero no puede".
"La frustración tiene dos amigas: la adicción y la depresión"
"Las redes sociales nos dan algo
que es muy goloso, la recompensa, la admiración, la pertenencia al grupo",
señala. Asimismo, reflexiona sobre cómo nos mostramos en esas redes intentando
enseñar al mundo la mejor versión de uno mismo, que suele estar muy alejada de
la realidad: "Al final, la diferencia entre lo que somos y lo que
mostramos en las redes sociales, cuanto más grande es, más frustración genera.
Y la frustración tiene dos amigas: la adicción y la depresión", afirma.
Masip opina que estas herramientas
"generan un efecto muy parecido al del alcohol", de forma que se
convierte en un método de evasión que va seguido de una depresión posterior.
Pone como ejemplo de buen uso, el que
él hace del celular: "Yo tengo silenciado todo menos las llamadas, cuantas
menos notificaciones recibamos, mejor". Así, sostiene que "hay que
ponerse un límite" y recomienda dormir sin el teléfono móvil, no mirarlo
por lo menos una hora antes de de ir a dormir, no usarlo conduciendo, ni en el
trabajo, ni en las escuelas, ni cuando estamos con otras personas: "El
acto de menospreciar a alguien porque se está más pendiente del móvil, es
inadmisible", dice.
Para conocer el resto de reflexiones de este psicólogo sobre el uso abusivo que se hace en la actualidad de los celulares, les invitamos a ver la entrevista completa.
Vía RT