miércoles, 8 de junio de 2016

¡Viva Venezuela! Mi tierra querida con los mejores paisajes del planeta


Geógrafo Joselino Serrano

Bendita entre todas las tierras, así es Venezuela. Y es que en esta porción de tierra se congregan los elementos más sublimes, mágicos y espectaculares creados por nuestro Padre Santo, para el beneplácito de todos sus habitantes, este espacio terrenal proyecta la factibilidad de vivir con oportunidades de crecimiento armónico, dibujando un escenario perfecto para la práctica constante de la paz, inspirada en el verde de nuestra vegetación, el azul de nuestro cielo y mar; y el sonido sin igual producido por los caudales de nuestros ríos.
En Venezuela el inventario de sus recursos naturales junto a los registrados por sus vecinos representan motivos de grandes apetencias por parte de las tierras más poderosas del planeta, que en la búsqueda desenfrenada de su hipotético desarrollo,  desbastaron todo valor biótico ubicado dentro de sus perímetros. La tasa de sobre carga de explotación fue tal, que ahora pretenden recurrir a la cobarde estrategia del saqueo en otros espacios de nuestro bien y amado planeta.
No me cansaré de enaltecer en todo momento esta tierra de gracia, brindada por Dios con amor, donde se localiza una importante  diversidad geomorfológica 
que definen tantos tipos de paisajes, tales como: desiertos, selvas, glaciales activos, lagunas, costas, llanuras, islas, caídas de aguas, entre otras, todos ellos con una gran variedad zoológica y vegetal que siguen siendo de interés científico para su taxonomía. Basta leer los viajes equinocciales de Humboldt para quedar atónico frente a la descripción poetizada de este Geógrafo alemán de lo visto en Venezuela. Y es que Dios, trascendió en su bondad  al regalarnos  un poder energético contenido en sus recursos renovables y no renovables. Se requiere de sensatez y conciencia para la explotación de los recursos naturales, cuando obviamos lo ocurrido en otras latitudes por la triste carrera de alcanzar un supuesto desarrollo, y se nos muestran desenlaces fatales que golpean directamente a todos los seres vivos, no queda otra vía que la rectificación, es preciso reconducir la política ambiental y económica.
El ambiente, no puede ser cómplice de estrategias personales o grupales orientadas  a una explotación irracional, en búsqueda de beneficios particulares. El jefe indígena de los Pieles Rojas, negó, en una carta vista hoy, como el mejor de lo manifiesto ecológico escrito en el mundo por la defensa ambiental, la compra de sus tierras al Presidente de los Estados Unidos. Este indígena profetizo de manera clara, lo visto hoy día por la acción irracional antrópica.  No somos dueños de lo que por divinidad le pertenece a nuestro Dios, en un acto de bondad nos permitió vivir en Venezuela y utilizar de manera racional sus recursos naturales.
Existe un elemento ambiental que tiene la costumbre de transformar de manera constante, este elemento lleva por nombre, el hombre, quien se adosa el derecho de intervención de las cosas naturales irrespetando la fragilidad del ecosistema, agotándolo de manera despiadada llevándolo a un estado de irreversibilidad que se mira en el presente y futuro con una fuerte tristeza. Qué se le está enseñando  a nuestros hijos, cuál es la heredad que estamos dejando. Cómo una tesis política o económica irrumpe nuestra conciencia y buena voluntad. Por qué tanto egoísmo en no permitirle a quienes vienen después de nosotros la posibilidad de tener una satisfacción contemplativa de la magia natural, dada por nuestro padre celestial.
Termino diciendo no a la explotación de nuestro bien más preciado, nuestro Ambiente por ejemplo el que se encuentra en el estado Bolívar. Los socialistas debemos transformar para el bien común, ojalá podamos comprender esta demanda de vida.