El surgimiento a escala mundial del fraude a través de falsas vacunas contra la COVID-19, y la entrada de estas en el mercado negro, es un evidente problema social derivado de la cultura del capitalismo que ha originado para toda la humanidad un grave problema social, que tiene como líneas de acción el engañar y poner de manifiesto los antivalores, tal y como está reflejado en la actualidad con este nuevo método de estafa.
El
capitalismo y su crisis sistémica evidencia en esta problemática global, que
los estafadores se suman a un esquema de cultura de agresión, maximización de
las ganancias, la ausencia de valores, elementos estos que pasan por encima de
los seres humanos como centro de una pandemia, producto del Coronavirus.
Para marzo
de 2020, mes en el que la Organización Mundial de la Salud (OMS), pasó a
calificar al brote de coronavirus como pandemia, tras los elevados casos de
contagio, ya este organismo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)
advertía sobre los estafadores que estarían usando el nombre de la organización
para robar dinero y datos, promoviendo vacunas fraudulentas contra la COVID-19,
para finalmente provocar la llegada de estas al mercado negro de vacunas.
Uno de los
epicentros del fraude fue Estados Unidos de Norteamérica, en donde se creó un
sitio web (en inglés) a principios del mes de marzo (2020) en el que se vendía
una supuesta vacuna “gratuita” contra la COVID-19; al ser descubierta la acción
de coronavirusmedicalkit.com, este sitio fue desactivado; incurría en el delito
de usurpar la identidad de la propia Organización Mundial de la Salud.
De acuerdo con
autoridades de ese país, el sitio web solicitaba información de la tarjeta de
crédito y datos personales de las personas incautas para hacer compras
fraudulentas y robarles la identidad.
Se generó
así una cadena de importantes consejos que orientó la OMS para ayudar al
público a protegerse contra las estafas conocidas y nuevas que desencadenó el
coronavirus, sin embargo, los timadores continuaron difundiendo informaciones
falsas, para crear confusiones durante la pandemia, a través de múltiples modus
operandi virtuales.
Entre la
gama de formas para cometer los fraudes, se encuentran como nido de cultivo los
correos electrónicos y mensajes de texto que tratan de obtener la información
personal (conocido como phishing), llamadas automatizadas, esquemas de
impostores; todos con el objetivo de supuestamente ofrecer acceso fácil y
temprano a las inyecciones.
Otra
modalidad para aplicar el engaño, desde el inicio de la pandemia, estuvo
caracterizada por el agobio provocado por los estafadores a los consumidores
con ofertas de remedios falsos: Tés, aceites esenciales, el cannabinol, la
plata coloidal y terapias intravenosas con vitamina C.
Estos son
algunos de los falsos tratamientos antivirales que hasta enero de 2021, se
continuaban vendiendo en clínicas y en sitios web, redes sociales y programas
de televisión como defensas contra la pandemia.
Para
febrero del año en curso, las denuncias acerca de vacunas fraudulentas y la
llegada inminente de estas al mercado negro, se han mantenido latentes; y es
que hay quienes se siguen aprovechando de la pandemia para sacar un beneficio
económico.
Vía Prensa Presidencial