Estamos saliendo de la
Semana Santa 2016, momento excepcional para la reflexión profunda, siempre
apuntando a la espiritualidad nacional, la unidad en la acción y la solidaridad
plena entre todos los compatriotas.
En los mensajes del Santo
Padre Francisco hemos encontrado muchas coincidencias, aunque no pensemos lo mismo sobre
todas las cuestiones.
La derecha clerical, especialmente los poderosos vinculados a las dictaduras sudamericanas de los
´70 y sus socios locales, así como sus jugosas recompensas, debería registrar
estos conceptos del Papa argentino:
No debemos creer al maligno que nos dice: No puedes hacer
nada contra la violencia, la corrupción, la injusticia, contra los pecados.
Jamás debemos acostumbrarnos al mal. No ser nunca hombres y
mujeres tristes: un cristiano jamás puede serlo. Nunca dejen vencerse por el
desánimo. Nuestra alegría no nace de tener tantas cosas, sino de haber
encontrado a una persona, de Jesús; de saber que con Él nunca estamos solos,
incluso en los momentos, aun cuando el camino de la vida tropieza con problemas
y obstáculos que parecen insuperables...
Destaco
una mención que
hemos concebido en muchas columnas anteriores y que nos maravilló al
escuchársela a él: "No se dejen robar la
esperanza que da Jesús".
Cuando
decimos que nuestra Revolución es humanista y cristiana es porque entendemos y practicamos
con miles de hechos positivos que
la dignidad humana no solo se sustenta sobre bases materiales, sino también sobre valores
espirituales como la generosidad, la solidaridad, el sentimiento de justicia,
el altruismo, el respeto mutuo, la honradez y el apego a la verdad.
Cierro haciendo mías estas
palabras del Santo Padre Francisco: Como decía mi abuela, la mortaja no tiene bolsillos.
No nos vamos a llevar nada físico
cuando llegue el final, solo quedará nuestra trayectoria.
Por todo lo anterior de
corazón les digo: Prioricemos al prójimo, a la familia, a nuestros hijos, a
nuestros hermanos, así como a los compañeros de labor y de lucha. Esa es la
mejor ruta para honrar la vida con
plenitud y belleza. El
materialismo daña, destruye a las
personas.
Un fuerte abrazo lleno de
amor y paz. Tenemos una nueva oportunidad de hacer cosas juntos por el bien de
todos. Hagámoslo antes de que sea demasiado tarde. El
que quiera leer, que lea. Las cosas están muy claras y a la vista de todos.
Dante Rivas