Una
buena salud hepática es sinónimo de bienestar. Si el hígado está fuerte,
nuestras digestiones se llevan a cabo de forma adecuada y disfrutamos de un
equilibrio interno que se nota por fuera.
Ahora
bien, en el momento en que esté inflamado o sobrecargado notaremos de inmediato
los síntomas. Uno de los más comunes es despertarse a menudo por la noche con
sensación de “llenura” o presión.
Hay
que tener en cuenta que el hígado tiene sus propios ritmos de trabajo, y aunque
no lo creamos, es uno de los órganos más activos durante las horas nocturnas,
al igual que el cerebro.
Nuestro
cuerpo sigue estando “activo” durante la noche. Nuestro cuerpo, lejos de
desconectarse en el momento en que cerramos los ojos y caemos en un descanso
reparador, sigue llevando a cabo múltiples tareas.
El
hígado es uno de los órganos que más funciones desempeña durante la noche. Metaboliza
muchas enzimas, proteínas y vitaminas y, además, cumple tareas imprescindibles
de depuración junto con el sistema linfático.
Si
lo sobrecargamos durante la cena con alimentos con grasas, muy picantes o con
exceso de azúcar, impedimos que lleve a cabo sus tareas de forma óptima.
Salud hepática:
alimentos que debes tomar por la noche
Algo
que debemos tener en cuenta es que la cena requiere de unos “rituales” y de
unas normas que debemos cumplir para favorecer no solo la salud hepática, sino
también para favorecer un adecuado descanso:
Debemos
cenar como mínimo dos horas antes de ir a dormir. De este modo podemos hacer
bien la digestión y llegar a la cama listos para que, en las siguientes horas,
el hígado pueda cumplir ya sus funciones.
Intenta
cenar siempre a la misma hora. A nuestro cerebro y a nuestro cuerpo le gustan
los hábitos regulares.
Nunca
hagas esfuerzos considerables o ejercicios fuertes después de la cena o antes
de ir a dormir.
1. Las alcachofas: Una cena ideal para favorecer la
salud del hígado sería, por ejemplo, unas alcachofas con un poco de aceite de
oliva, vinagre de manzana y un poco de jugo de limón. Las alcachofas fortalecen
el hígado y la vesícula biliar y nos permiten tratar el hígado graso.
2. Las espinacas: En general, todas las verduras de
hoja verde, son ricas en fibra, vitamina B y ácido fólico que estimulan las
funciones hepáticas y renales. No dudes en acompañar tus cenas con espinacas,
diente de león, rúcula, achicoria…
3. Agua de pasas: Las pasas son un alimento maravilloso
para cuidar de nuestro hígado. Son una fuente natural de antioxidantes que
favorecen la depuración del hígado a la vez que le aportan múltiples vitaminas.
Puedes acompañar tus ensaladas con unas pocas uvas pasas.
4. La remolacha o
betabel: Las remolachas
disponen de un aporte maravilloso de nutrientes para favorecer la salud del
hígado: betalaína, fibra, hierro, betacianina, ácido fólico.
5. Las zanahorias: Ideal si son de producción orgánica,
porque entonces su riqueza en agua, flavonoides y beta-carotenos nos ayudan a
combatir problemas hepáticos como la inflamación o la cirrosis.
Fuente:
Mejor con salud
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