En los últimos comunicados del departamento de EE.UU. ocurre un hecho singular que podría pasar desapercibido, pero que ha tenido un fuerte impacto.
La portavoz del departamento de
Estado, Julie Chung, así como el
embajador para Venezuela, James Story, en sus comunicados y tuits, ya no llaman
presidente al opositor Juan Guaidó. Le apoyan, sí, y respaldan su 'Acuerdo de
Salvación Nacional', pero la idea del interinato, de un gobierno paralelo, que
implica desconocer la Presidencia de Nicolás Maduro, ha salido de la gramática
del gobierno de Joe Biden.
Y las consecuencias de todo ello no
han tardado en verse.
Prolegómenos internacionales
Ya la Unión Europea, comenzado el año
en curso, había girado su estrategia sobre Venezuela, dejando de reconocer a
Guaidó como presidente encargado.
En la Cumbre Iberoamericana,
celebrada el pasado mes abril, donde participaron casi treinta representantes
de los gobiernos de la región, estuvo presente el gobierno de Maduro a través
de la vicepresidenta Delcy Rodríguez.
Esta semana, el presidente francés,
Emmanuel Macron, compartió con su par argentino, Alberto Fernández, la
necesidad de una salida pacífica y democrática para atender el tema de
Venezuela, cambiando la posición mantenida por su gobierno durante los dos años
anteriores.
El Grupo de Lima, por su parte, no ha
vuelto a reunirse o a hacer declaraciones al respecto.
En la arena internacional se va
perdiendo el miedo a buscar un enfoque diferente, no amenazante, sobre el
gobierno y el país. El mundo se encamina a respaldar un evento electoral que
hasta hace poco era desechado si Maduro no renunciaba antes.
Convocatoria de megaelecciones
El nuevo Consejo Nacional Electoral
(CNE) ha convocado para este año, concretamente para el 21 de noviembre, las
llamadas megaelecciones, donde se elegirán 24 gobernadores y 335 alcaldes.
Y los partidos de la oposición
rápidamente se han comenzado a mover en esta dirección, cambiando su llamado
abstencionista por la intención de participar electoralmente.
Su estrategia maximalista para tumbar
a Maduro les ha impedido participar en las presidenciales de 2018, las
regionales de 2019 y las parlamentarias de 2020.
Por ello, se han quedado
prácticamente sin representación en estos espacios. Apenas cuatro gobernadores
y un puñado de diputados opositores han sido electos, y todo ello porque han
desconocido las líneas oficiales de sus partidos.
¿De la abstención a la participación?
El 10 de mayo, el dirigente Carlos
Ocariz, militante de Primero Justicia, el partido de Julio Borges ('canciller'
del interinato), pidió a la oposición legitimar toda la dirigencia local,
regional y nacional por medio de una consulta: "Mucho se ha hablado de la
presión interna para lograr condiciones electorales, ¿cómo se logra?,
movilizando, ¿quiénes movilizan?, los líderes, ¿y quién lidera?, quien es
reconocido como líder por la gente". El exalcalde ahora se muestra públicamente
interesado en una "ruta que abra camino" para las presidenciales.
Para este viernes, además, Ocariz
convocó una movilización en el neurálgico barrio de Petare para hacer
planteamientos relacionados con las elecciones y la legitimación interna.
Con esta postura comienza a
plantearse un problema interno en la oposición y su necesidad de girar hacia el
tema electoral. Ya los problemas de legitimación, según el dirigente, no se
ubican solo en el gobierno, sino también a lo interno de sus filas.
Freddy Guevara, del partido Voluntad
Popular, quien desconoce al gobierno de Maduro y ha hecho llamados
insurreccionales o de invasión a sus países aliados, ha confirmado una reunión
con diputados oficialistas con la intención de "destrancar el juego".
Ha afirmado, después del repudio de sectores radicales por dicha reunión, que
el propio Guaidó sabía de las negociaciones.
Resulta interesante la anulación de
varios calificativos que se le daban al presidente Maduro. Hasta hace poco, era
llamado "narcotraficante" o "terrorista" por los líderes
radicales de la oposición. Pero, de repente, ya ninguno de ellos utiliza estos
epítetos para referirse al presidente. Usarlo les impediría abrir cualquier
canal de diálogo, que ahora es lo único que quieren.
El periodista de oposición Román
Lozinski lo dijo de esta forma: "Aquí no se decía nada, sobre negociación,
sobre diálogo, mucho menos sobre elecciones, no se hablaba de CNE [Consejo
Nacional Electoral] y de pronto esta avalancha de esta semana. Parece como si
alguien hubiese dado una orden: 'Bueno salgan ahora, vamos a convencer a la
gente para que salga a votar'. ¿Qué paso en esta semana?"
Lo que ha ocurrido esta semana, más
allá del establecimiento del nuevo CNE y de las intenciones de la oposición de
participar en las elecciones, es que el gobierno de Joe Biden ha aclarado su
cambio de estrategia en relación a Venezuela, dejando de llamar presidente a
Guaidó y dando luz verde para que la oposición participe en los comicios
venideros, donde, por cierto, el cargo de Maduro no está en juego.
Impacto en el chavismo
El impacto del giro electoral opositor
también tiene su correlato en los factores del gobierno. Maduro ya ha afirmado
que está listo para reunirse con toda la oposición, incluyendo a Juan Guaidó.
Por su parte, Diosdado Cabello, quien
ha sido considerado como el segundo hombre del chavismo, tras ocupar el cargo
de presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, además de vicepresidente
del partido de gobierno, develó en su programa televisivo una fecha para las
megaelecciones antes que la Asamblea Nacional oficializara el día de los
comicios, lo que produjo reacciones en la oposición, que criticó que el ente
estaría cooptado por el líder chavista.
Sin embargo, a las pocas horas, el
ente comicial fijó una fecha diferente, con lo que evidenció su autonomía con
respecto a la línea partidista.
Así, podríamos pensar que a lo
interno del chavismo también habrá reacomodos y reacciones, por el inesperado
camino electoral que se está imponiendo poco a poco.
Los reacomodos, cambios de estrategias y de lenguajes vendrán en todas las corrientes nacionales, una vez se descarte la vía violenta y se termine de concretar la ruta electoral.
Vía RT - Ociel Alí López