A 350 se elevó número de víctimas mortales |
Ecuador. En un nuevo balance de la tragedia que vive Ecuador por el sismo de 7,8 grados que en la noche del viernes sacudió a ese país, el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, informó este lunes que el número de víctimas mortales se elevó a 350. Más de 2.000 personas resultaron heridas.
En Colombia, que envió un especializado grupo de rescatistas y ayudas humanitarias, la Cancillería informó que también aumentó el número de colombianos muertos en el terremoto. A las 9:12 de la mañana de este lunes, el reporte señalaba: “7 fallecidos, 138 solicitudes de localización, de las cuales 75 ya fueron ubicados”.
Muchos ecuatorianos pasaron la noche rodeados de escombros mientras los rescatistas buscaban con frenesí sobrevivientes del terremoto que azotó la zona costera de Ecuador.
En la golpeada ciudad de Portoviejo, donde unos 100 reos se fugaron tras el derrumbe de los muros de la prisión, los pobladores se quejaban por su estado de desatención. "Estamos abandonados, no hay quién nos proteja, no ha venido nadie, ya han pasado 38 horas, hay estructuras a punto de colapsar, hay muertos entre los escombros", dijo al borde de las lágrimas Gabriel Páez, un abogado de 45 años que tenía una tienda de celulares en el centro de la ciudad. (El sábado en el que Ecuador sintió que era el fin del mundo)
Cerca de allí, en la calle Pedro Gual, muchas personas deambulaban en busca de algo valioso entre los escombros y fierros retorcidos. Muchos contaron que se llevaban el aluminio de los marcos de las ventanas y cables para venderlos.
A unos 181 kilómetros al norte, en la devastada localidad de Pedernales, los sobrevivientes pasaron la noche en colchones o sillas de plástico al lado de los restos de sus casas. Soldados y policías patrullaban las calles mientras los rescatistas seguían trabajando.
Se instalaron carpas en el estadio de la ciudad -que no sufrió daños por el terremoto- para recibir cadáveres, tratar a los heridos y distribuir agua, alimentos y mantas a los sobrevivientes. Algunos deambulaban heridos y con vendas y, los más graves, eran evacuados a hospitales.
El jefe de una unidad de la policía dijo el lunes que en esa localidad la cifra de fallecidos ya bordeaba el centenar. También en la costa, en el pequeño pueblo de Tarqui, los pobladores tuvieron un momento de alegría cuando los bomberos entraron la madrugada del lunes a una casa semidestruida y lograron rescatar a tres personas que estuvieron 32 horas bajo los escombros, según se pudo ver en un video que compartieron en su cuenta de Twitter @BomberosQuito.
Tras abrir un forado en el techo de una casa en ruinas, los bomberos rescataron a un adulto, identificado como don Segundo, ante el aplauso fervoroso de sus colegas y ciudadanos. Más tarde, el alcalde de Manta, Jorge Zambrano, dijo a la televisora estatal que lograron rescatar a una persona más.
El presidente Rafael Correa, que regresó al país anticipadamente de una visita a Italia, recorrió el domingo por la noche las zonas dañadas en la provincia costera de Manabí y consideró al terremoto "una tragedia".
"Ecuador ha sido tremendamente golpeado", dijo el mandatario a periodistas, adelantando que esperaba que la cifra de muertos subiera.
Muchos ecuatorianos pasaron la noche rodeados de escombros mientras los rescatistas buscaban con frenesí sobrevivientes del terremoto que azotó la zona costera de Ecuador.
En la golpeada ciudad de Portoviejo, donde unos 100 reos se fugaron tras el derrumbe de los muros de la prisión, los pobladores se quejaban por su estado de desatención. "Estamos abandonados, no hay quién nos proteja, no ha venido nadie, ya han pasado 38 horas, hay estructuras a punto de colapsar, hay muertos entre los escombros", dijo al borde de las lágrimas Gabriel Páez, un abogado de 45 años que tenía una tienda de celulares en el centro de la ciudad. (El sábado en el que Ecuador sintió que era el fin del mundo)
Cerca de allí, en la calle Pedro Gual, muchas personas deambulaban en busca de algo valioso entre los escombros y fierros retorcidos. Muchos contaron que se llevaban el aluminio de los marcos de las ventanas y cables para venderlos.
A unos 181 kilómetros al norte, en la devastada localidad de Pedernales, los sobrevivientes pasaron la noche en colchones o sillas de plástico al lado de los restos de sus casas. Soldados y policías patrullaban las calles mientras los rescatistas seguían trabajando.
Se instalaron carpas en el estadio de la ciudad -que no sufrió daños por el terremoto- para recibir cadáveres, tratar a los heridos y distribuir agua, alimentos y mantas a los sobrevivientes. Algunos deambulaban heridos y con vendas y, los más graves, eran evacuados a hospitales.
El jefe de una unidad de la policía dijo el lunes que en esa localidad la cifra de fallecidos ya bordeaba el centenar. También en la costa, en el pequeño pueblo de Tarqui, los pobladores tuvieron un momento de alegría cuando los bomberos entraron la madrugada del lunes a una casa semidestruida y lograron rescatar a tres personas que estuvieron 32 horas bajo los escombros, según se pudo ver en un video que compartieron en su cuenta de Twitter @BomberosQuito.
Tras abrir un forado en el techo de una casa en ruinas, los bomberos rescataron a un adulto, identificado como don Segundo, ante el aplauso fervoroso de sus colegas y ciudadanos. Más tarde, el alcalde de Manta, Jorge Zambrano, dijo a la televisora estatal que lograron rescatar a una persona más.
El presidente Rafael Correa, que regresó al país anticipadamente de una visita a Italia, recorrió el domingo por la noche las zonas dañadas en la provincia costera de Manabí y consideró al terremoto "una tragedia".
"Ecuador ha sido tremendamente golpeado", dijo el mandatario a periodistas, adelantando que esperaba que la cifra de muertos subiera.
Fuente: Reuters