Foto Agustin Marcarian /
Reuters |
El descenso histórico de las aguas del río Paraná, el segundo más caudaloso de Suramérica detrás del Amazonas, está dejando sorprendentes imágenes de cómo la sequía afecta no solo a las actividades económicas relacionadas a él, sino también al paisaje.
En las redes sociales,
circuló un video que muestra cómo un grupo de personas pasa caminando de
Argentina a Paraguay por entre las piedras, donde antes había agua.
"Estamos caminando
sobre el lecho del río Paraná. Es realmente muy triste la imagen", se oye
la voz de una mujer, mientras exhibe las costas de San Marcos, Paraguay, la
isla Caraguatay, y los márgenes de la ciudad de Montecarlo, en la provincia
argentina de Misiones.
La bajante del curso hídrico
permite observar las piedras del fondo del río, así como transitarlo a pie en
algunas zonas.
A fines del mes pasado, el
Gobierno de Argentina declaró el Estado de Emergencia Hídrica por 180 días en
la región de la cuenca del río Paraná, donde se registra el descenso de sus
aguas más importante de los últimos 77 años.
Actualmente, en el puerto de
Paraná, la capital de la provincia de Entre Ríos, el caudal tiene una altura de
-32 centímetros por debajo del nivel del mar, la peor marca desde 1944, cuando
había llegado a -1,40 metros.
El fenómeno ambiental afecta
a las provincias de Formosa, Chaco, Corrientes, Santa Fe, Entre Ríos, Misiones
y Buenos Aires, por lo que el decreto presidencial 482/21 establece una serie
de medidas para "mitigar las consecuencias de la grave situación que genera
la bajante".
Desde la Casa Rosada
vinculan la inusual situación al déficit de precipitaciones en las cuencas
brasileñas del río Paraná y del río Iguazú.
Sin embargo, organizaciones
ambientalistas sostienen que las causas van más allá de una eventual sequía, y
que están emparentadas con la contaminación industrial, el cambio climático, la
deforestación e incendios de bosques, las obras de dragado, el aumento de la
navegación fluvial, las represas hidroeléctricas, la expansión de la frontera
agrícola y ganadera, entre otros factores de origen humano.
Vía RT