Geógrafo Joselino Serrano
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@jmserrano73
Dentro de los tantos atributos que tiene nuestra venezolanidad, encontramos el respeto hacia el género femenino. El presidente Chávez reconoció la importancia de la mujer en el manejo del asunto público y genero condiciones constitucionales, legislativas y ejecutivas para insertar su participación. El no reconocer esta política de integración de género, puede traducirse como un alto de rebeldía hacia verdades tangibles. No era de extrañar la masiva participación, que producto, al reconocimiento de las múltiples capacidades que recoge la mujer, el comandante Chávez mostraba con alegría su comodidad frente al trabajo que desempeñaba, este género femenino.
No se puede dejar de lado el sentido de pertenencia hacia nuestro país y sus habitantes, debemos rechazar todo intento de utilización estratégicas para desvalorizar el trabajo en cualquier sector de los venezolanos, más aun cuando esto afecta a nuestras venezolanas, que comparten de manera especial su situación laboral con el hogar. Es loable la energía que la mujer venezolana pone de manifiesto cuando desarrolla alguna responsabilidad pública o privada. Muchos de los avances que puede registrar a la buena gerencia, en términos de eficiencia y eficacia, se debe a ese sentido maternalista que le imprime la mujer a lo que hace, su visión futurista es innegable cuando con asombro vemos el manejo cuidadoso en cada detalle que se ve relacionado en su ejercicio laboral, debemos hacer honor a esa capacidad que tienen de predecir elementos positivos o negativos sobre algunas decisiones. Quizás este grupo de potencialidades aunadas a otras que solo él pudo reconocer, fueron la que llevaron al Presidente Hugo Chávez Frías a tomar la sabia decisión, de poner a su lado grandes mujeres que con su trabajo sitúan en lo más alto el nombre, de nuestra gran y querida Venezuela.
Debo terminar diciendo que es inaudito el vincularse y apoyar, todo efecto agresor hacia nuestras mujeres, nos toca como heredero de las proezas de nuestros libertadores el no dejar pisotear, en cualquier otra latitud la integridad y capacidad de la mujer venezolana, más aun cuando la historia no las ha dejado de lado como referencia obligada. En nombre de nuestra heroínas evoquemos el sentir de la autodeterminación de los pueblos y rechacemos con contundencia la cobardía machista de quienes siendo miembros del MERCOSUR, tenga a bien, para con nuestra Canciller. Mi respeto y consideración como hombre que al igual que Chávez se caracteriza por honrar a ese ser con la responsabilidad más grande dada a este mundo, ese que no es otra cosa que dar la vida a las generaciones.